Decida ahorrar sólo un uno por ciento de sus ingresos durante el próximo mes. Al hacerlo, cambiará una forma de pensar importante: antes, usted era alguien que no ahorraba a largo plazo, pero ahora sí lo está haciendo. Esa es una diferencia fundamental, porque si ya tiene el hábito, será mucho más fácil aumentar sus ahorros. Así que, por muy modesto que sea, dé el primer paso.

Es posible que piense que no hay mucho más de donde ahorrar, pero revise detalladamente sus gastos del último mes. Divida cada gasto en dos categorías: "necesidades" y "deseos". Después, revise sus "deseos". ¿Se arregla las uñas en el salón cuando podría retocarlas en casa? ¿Ordena pizza para llevar cuando podría calentar una congelada? Reduzca esos gastos extra para crear un espacio en su presupuesto destinado a ahorros regulares.

Cada mes usted paga sus cuentas regulares: su teléfono celular, su préstamo para estudiantes, su alquiler. Agregue una persona a esa lista: usted mismo en el futuro. Ver los ahorros como algo obligatorio facilita tener una actitud seria y mantenerse enfocado en ello.

Una vez que decida cuánto quiere ahorrar cada mes y tenga la seguridad de que tendrá suficientes ingresos para alcanzar esa meta, podrá establecer transferencias automáticas entre sus cuentas de cheques y de ahorros. Con depósitos automáticos puede eliminar la tentación de usar su dinero extra para otras cosas.

Ahorrar para el pago inicial de una casa, un fondo para emergencias o unas vacaciones bien merecidas puede parecer como algo imposible de alcanzar. Pero recuerde que puede alcanzar sus metas de ahorros más ambiciosas si trabaja para conseguirlas de forma gradual y en pequeños incrementos. Al crear el hábito básico de ahorrar y apegarse a metas específicas y alcanzables, establecerá las bases de un progreso financiero para toda la vida.