Comience por crear un presupuesto. Conocer bien su ingreso y sus gastos puede ayudarle a tomar el control de lo que gasta y evitar la deuda de tarjeta de crédito.

Es posible que también desee analizar por qué gasta. Comprender la razón detrás de la manera en que actúa puede ayudarle a reducir sus gastos. Otros pasos prácticos para evitar la deuda de tarjeta de crédito incluyen:

• Pagar con dinero en efectivo, en lugar de usar tarjetas de crédito siempre que pueda. Si usa una tarjeta de crédito, trate de liquidarla cada mes.
• Desactivar la función de comprar con un clic para que tenga que ingresar los números de la tarjeta de crédito cada vez que vaya a comprar.
• Esperar un periodo de 24 horas antes de efectuar una compra. Agregue el artículo al carrito, pero no lo compre.

La respuesta depende de su situación. Cerrar las cuentas de tarjetas de crédito puede perjudicar temporalmente su puntaje de crédito, ya que reduce su crédito disponible y la antigüedad promedio de sus cuentas. Si planea solicitar un préstamo para la compra de un automóvil o solicitar una hipoteca durante los próximos seis meses, mantenga abiertas las cuentas que ha liquidado.

Si no planea solicitar un nuevo crédito, quiere evitar un cargo anual alto o teme que una tarjeta sin saldo pueda tentarlo a gastar de más, entonces cierre la cuenta. También puede vencer la tentación de gastar al cortar la tarjeta de plástico y retirarla de los sitios de compras en línea. Esto le impedirá usarla, pero le permitirá obtener los beneficios de mantener la cuenta abierta. Por último, muchos emisores también permiten a sus clientes bloquear sus cuentas de tarjeta de crédito, impidiendo transacciones mientras el bloqueo esté activo.

No puede usar directamente una tarjeta de crédito para liquidar otra. Existen otras características de tarjetas de crédito que puede usar, pero podría terminar con más deuda si no es cuidadoso.

Transferencia de saldo: esta puede ser una buena manera de consolidar la deuda en una tarjeta con una tasa de interés más baja, reduciendo potencialmente sus costos generales. Asegúrese de que los cargos no sean más altos que los ahorros por intereses, de no acumular más deuda en tarjetas viejas y de tener un plan para pagar el saldo antes de que termine la promoción de tasa baja.

Adelanto de dinero en efectivo: puede pedir un adelanto de dinero en efectivo en una tarjeta y usar el dinero para liquidar otra, pero esto, por lo general, no es una buena idea ya que puede aumentar su deuda. El interés por un adelanto de dinero en efectivo comienza a acumularse de inmediato, las tasas tienden a ser altas y la mayoría de las tarjetas de crédito cobran un cargo por adelantos.

Contacte de inmediato a la compañía de su tarjeta de crédito. La mayoría de las compañías le ayudarán a cambiar la fecha de sus pagos, especialmente si está pasando por una emergencia financiera. Prepárese para decirle a la compañía de tarjeta por qué no puede hacer el pago mínimo, cuánto puede pagar y cuándo cree que podrá continuar los pagos de manera regular. A partir de ahora, tal vez quiera considerar asesoría de crédito.

Si está teniendo problemas constantemente para pagar sus tarjetas de crédito, considere contactar a una organización de asesoría de crédito. Los asesores certificados pueden ayudarle a crear un presupuesto y a elaborar un plan para administrar su deuda. Por lo general, el plan consolida su deuda a una tasa de interés más baja y le pide hacer un pago único menor al monto de sus pagos mínimos actuales. Su pago va a la compañía de asesoría, la cual a su vez paga cada tarjeta de crédito.

Las organizaciones de asesoría de crédito generalmente son sin fines de lucro y sus servicios son gratis o a un bajo costo. Tenga cuidado con compañías de liquidación de deudas que le exigen un pago por adelantado. Puede tratarse de una estafa. La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor ofrece una buena orientación sobre cómo elegir un asesor de crédito respetable.

Un medidor de salud financiera es su proporción deuda ingreso. Esta compara sus pagos de deuda mensual (incluidos los gastos, como préstamos para automóviles y pagos hipotecarios) con su ingreso bruto mensual. Entre más baja sea la proporción, mejor. Los prestamistas hipotecarios prefieren ver un 36 por ciento o menos. Una proporción mayor al 50 por ciento es considerada una señal de problemas financieros.

Otro medidor se centra solo en las tarjetas de crédito. Se llama proporción de utilización de crédito y compara sus saldos de tarjeta de crédito con su crédito disponible. Es el segundo factor más importante, detrás del historial de pago, para calcular su puntaje de crédito. Los prestamistas, por lo general, quieren que los saldos sean menores al 30 por ciento de los límites de crédito.