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¿Siente la presión de gastar? Descubra por qué y cómo manejarla

Lectura, 5 minutos

Puntos clave

  • La presión de gastar dinero puede venir de nuestros compañeros, nuestra crianza y del deseo de pertenecer a un grupo.
  • Las redes sociales juegan un papel importante en fomentar el gasto excesivo.
  • Podemos controlar nuestro gasto si analizamos por qué lo hacemos y tomamos medidas prácticas para reducirlo.

Somos seres sociales que deseamos sentirnos aceptados y valorados por nuestros amigos, familiares, colegas y vecinos. Puede ser que nos comparemos con ellos y pensemos que debemos tener las mismas cosas y experiencias que ellos tienen. Con frecuencia, los valores arraigados sobre el dinero, asimilados en la infancia, influyen en las decisiones de gasto en la edad adulta. Además, el hecho de hacer una compra, especialmente una que tenga una fuerte justificación emocional, puede provocar una sensación de placer que puede ser un incentivo para gastar más.

Salir a comer o ir de compras con amigos de vez en cuando es divertido y ayuda a construir y a mantener relaciones. El problema comienza cuando la presión social lleva a gastar de manera despilfarradora, imprevista e impulsiva. Muchas veces sentimos remordimiento y arrepentimiento. Es posible que decidamos cambiar nuestros hábitos financieros, pero no sabemos cómo comenzar o cómo mantenerlos. Afortunadamente, existen estrategias y herramientas que pueden ayudarle.

El artículo sigue a continuación

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Por qué gastar de más es tan común

Constantemente recibimos mensajes que nos incentivan a gastar. Las redes sociales pueden ser particularmente peligrosas. Sus amigos publican acerca de sus viajes exóticos o comidas en restaurantes de lujo. Las celebridades e influencers ofrecen productos de moda. Los algoritmos muestran anuncios que se ajustan a nuestros intereses. El contenido se desarrolla con el objetivo principal de persuadirnos para comprar.

Todo esto alimenta el FOMO (fear of missing out, o miedo a perderse de algo). Comparar constantemente nuestra vida con la de los demás, consciente o inconscientemente, puede llevarnos a gastar más de lo que podemos. Pensamos que si todos lo hacen, nosotros podemos hacerlo también.

Ideas equivocadas sobre el dinero, inculcadas durante la niñez, pueden contribuir a la presión de gastar. Esto se debe a que los hábitos financieros que observamos de niños a menudo forman la base de nuestras actitudes de adultos. Algunos casos comunes incluyen familias que:

Gastan para estar al nivel de los demás, tanto si pueden correr con el gasto o no. Por ejemplo, comprar un auto nuevo porque el vecino lo hizo

Van de compras para afrontar sentimientos negativos y sentir que están en control

Tienen pocos límites para gastar, haciéndoles creer a los hijos que siempre habrá dinero


Luego está la reacción emocional y física al gasto: se siente bien. Cuando compramos algo, el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor que nos motiva a repetir comportamientos que se sienten bien. Como resultado, deseamos comprar más.

Cómo cambiar sus hábitos de gasto

Las lecciones que aprendimos durante la niñez y los hábitos que desarrollamos como adultos se pueden modificar. El proceso comienza por estar dispuestos a cambiar y a autoreflexionar.

Intente hacer una lista de compras recientes y analice qué estaba pasando en su vida cuando las hizo. ¿Se sentía ansioso, triste, enojado o solo? O tal vez, ¿contento, emocionado o entusiasmado? ¿Estaba dándose un gusto después de un día difícil o estaba celebrando un logro?

Ser consciente de sus sentimientos, identificarlos y aceptarlos sin juzgarlos, puede ayudarle a detenerse y pensar antes de comprar. Al hacer esto, pregúntese:

¿Es esto algo que necesito o algo que deseo? Muchas veces la respuesta no es clara. Por ejemplo, un teléfono celular es una necesidad, pero querer comprar el último modelo es un deseo

¿Estoy comprando por impulso o estoy tomando una decisión intencional?

¿Me ayudará esta decisión a cumplir mis metas?

Trate de rodearse de personas que apoyan sus valores financieros. Comparta sus metas con ellos y pida ayuda. Ellos podrán ayudarle a cumplirlas, recordándole sus objetivos cuando sienta la tentación de gastar. Además, recuerde que sus metas no tienen que ser las mismas que tienen sus amigos. Cada persona tiene sus propias metas.

Medidas inmediatas para disminuir el gasto

Cambiar la actitud con respecto al gasto requiere de práctica y de paciencia. Estas son algunas medidas prácticas que puede tomar mientras aborda las situaciones más importantes:

Disminuya el tiempo que dedica a las redes sociales o filtre el contenido para que no reciba tantos mensajes que incentiven el gasto


Desactive la función de comprar con un clic para que tenga que ingresar los números de la tarjeta de crédito cada vez que vaya a comprar


Fije un periodo de espera de 24 horas antes de efectuar una compra. Agregue el artículo al carrito, pero no lo compre


Pague con dinero en efectivo cuando sea posible. Esto le ayudará a que la compra se sienta más real


Sea claro al hablar de su presupuesto. Por ejemplo, antes de salir a comer con sus amigos, dígales cuánto puede gastar


Separe una cantidad específica de su presupuesto para gastos sociales, de entretenimiento o para satisfacer un capricho. Esto le permitirá darse un gusto sin arrepentirse después

La presión de gastar estará siempre presente, pero podemos decidir cómo manejarla. Saber de dónde viene y cuáles son nuestras motivaciones nos da la capacidad de controlar el gasto y de mejorar nuestro bienestar financiero.

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